El administrador inmobiliario se encarga de manejar la gestión financiera de las propiedades para sus clientes; como el cobro de alquileres, pago de impuestos, pago de servicios públicos, contratación y pago de seguros y detectar e intermediar los gastos de mantenimiento. Luego se encarga de reportar a los dueños de la propiedad los pagos realizados y el estado financiero correspondiente.
De acuerdo al tipo de contrato que se haya establecido (inmuebles, lote sin mejoras, complejos, etc.), el administrador inmobiliario puede encargarse de realizar inspecciones periódicas, contratar servicios de mantenimientos generales, parquizaciones, desmalezamiento, limpieza de piscinas y la seguridad. Además de contratar estos servicios en particular debe supervisar el trabajo de los proveedores a fin de asegurar que la propiedad se mantenga en buen estado.